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Washington.- De ser elegido presidente, Barack Obama hablará con "toda" América Latina, aunque pedirá a Venezuela cuentas por su relación con las FARC y prevé que la relación con Cuba avance en "pequeños pasos", según dijo en entrevista con Efe.
"Tendremos que dar toda una serie de pasos, obviamente, antes de tener ninguna conversación diplomática seria", indicó el senador en su primera entrevista con un medio escrito en español.
Recalcó, de todos modos, su convicción de que es necesario que Estados Unidos vuelva a involucrarse en una "diplomacia enérgica" con la comunidad internacional.
Obama señaló, en julio del año pasado, que estaba dispuesto a reunirse "sin condiciones" no sólo con el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el líder cubano Raúl Castro, sino con otros jefes de Estado más polémicos, como el iraní Mahmoud Ahmadinejad.
Esas declaraciones han sido objeto de polémica en EE.UU., cuya línea oficial se opone ahora a dialogar con esos "adversarios".
Pero Obama aseguró, en su entrevista con Efe, que no seguirá los pasos de la actual Casa Blanca, que se ha caracterizado, dijo, por "juzgar a sus aliados en función de si respaldaron o no la agenda del (presidente George W.) Bush".
Aun así, tanto el senador como su campaña han matizado últimamente la controvertida promesa de reunión "sin condiciones", al insistir en que los encuentros con los líderes más polémicos irán precedidos de "preparativos".
El término equivale, en el lenguaje diplomático, a las conversaciones entre funcionarios de segundo rango para determinar si hay motivos para que los líderes de los países se reúnan.
El senador por Illinois confirmó que esa será la pauta que guíe el acercamiento con La Habana y Caracas, y dijo esperar que las dos partes en la mesa de negociaciones den pasos para estrechar vínculos.
Apuntó que, en el caso de Cuba, el primer paso que daría su Gobierno para mostrar su "buena fe" sería la relajación de las restricciones que afrontan los cubanos que viven en Estados Unidos para enviar dinero o visitar a sus familiares en la isla.
En referencia a Caracas, mencionó que buscará, antes de cualquier discusión diplomática seria, una "rendición total de cuentas" de la relación que mantiene el Gobierno de Chávez con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que, comentó, "ha sido muy perjudicial para la región".
Varios documentos filtrados a la prensa de los ordenadores de "Raúl Reyes", portavoz internacional de las FARC que murió junto a otras 25 personas en una operación militar de Colombia el pasado 1 de marzo contra un campamento de esa guerrilla en Ecuador, vinculan presuntamente a Venezuela con la financiación del grupo rebelde, una acusación que Caracas.
Obama, favorito a hacerse con la candidatura presidencial demócrata, reiteró que de llegar a la Casa Blanca también buscará una vía para garantizar la ciudadanía a los 12 millones de indocumentados que se calcula viven en EE.UU.
"Creo que es importante que tengamos una sólida seguridad fronteriza y que penalicemos a los empresarios que contratan de forma intencionada a indocumentados, pero también creo que tenemos que buscar una vía para la ciudadanía" para los que no tienen papeles, concluyó el senador.
Obama, que aspira a convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos, se refirió también a las tensiones existentes en el país entre hispanos y afroamericanos, dos colectivos que se miran con recelo al competir por los mismos trabajos poco cualificados.
Una encuesta publicada en enero de este año por el centro Pew señalaba, en ese sentido, que casi la mitad de todos los negros dicen que los inmigrantes reducen sus oportunidades laborales.
La actual carrera por la Casa Blanca ha hecho que las relaciones entre afroamericanos e hispanos cobren relevancia.
La mayoría de los negros ha dado su apoyo a Obama, mientras que los latinos ha respaldado mayoritariamente a su rival por la candidatura presidencial demócrata, Hillary Clinton.
El senador, que trata ahora de ganar terreno entre los hispanos, señaló que los dos grupos deberían enterrar el hacha de guerra y luchar por sus intereses comunes.
"Necesitamos trabajar juntos, no pelearnos por pequeñeces", explicó el aspirante a la Casa Blanca, para añadir que de llegar a la Presidencia tratará de mejorar la cobertura sanitaria y el acceso a la educación para latinos y afroamericanos.
"Tendremos que dar toda una serie de pasos, obviamente, antes de tener ninguna conversación diplomática seria", indicó el senador en su primera entrevista con un medio escrito en español.
Recalcó, de todos modos, su convicción de que es necesario que Estados Unidos vuelva a involucrarse en una "diplomacia enérgica" con la comunidad internacional.
Obama señaló, en julio del año pasado, que estaba dispuesto a reunirse "sin condiciones" no sólo con el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el líder cubano Raúl Castro, sino con otros jefes de Estado más polémicos, como el iraní Mahmoud Ahmadinejad.
Esas declaraciones han sido objeto de polémica en EE.UU., cuya línea oficial se opone ahora a dialogar con esos "adversarios".
Pero Obama aseguró, en su entrevista con Efe, que no seguirá los pasos de la actual Casa Blanca, que se ha caracterizado, dijo, por "juzgar a sus aliados en función de si respaldaron o no la agenda del (presidente George W.) Bush".
Aun así, tanto el senador como su campaña han matizado últimamente la controvertida promesa de reunión "sin condiciones", al insistir en que los encuentros con los líderes más polémicos irán precedidos de "preparativos".
El término equivale, en el lenguaje diplomático, a las conversaciones entre funcionarios de segundo rango para determinar si hay motivos para que los líderes de los países se reúnan.
El senador por Illinois confirmó que esa será la pauta que guíe el acercamiento con La Habana y Caracas, y dijo esperar que las dos partes en la mesa de negociaciones den pasos para estrechar vínculos.
Apuntó que, en el caso de Cuba, el primer paso que daría su Gobierno para mostrar su "buena fe" sería la relajación de las restricciones que afrontan los cubanos que viven en Estados Unidos para enviar dinero o visitar a sus familiares en la isla.
En referencia a Caracas, mencionó que buscará, antes de cualquier discusión diplomática seria, una "rendición total de cuentas" de la relación que mantiene el Gobierno de Chávez con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que, comentó, "ha sido muy perjudicial para la región".
Varios documentos filtrados a la prensa de los ordenadores de "Raúl Reyes", portavoz internacional de las FARC que murió junto a otras 25 personas en una operación militar de Colombia el pasado 1 de marzo contra un campamento de esa guerrilla en Ecuador, vinculan presuntamente a Venezuela con la financiación del grupo rebelde, una acusación que Caracas.
Obama, favorito a hacerse con la candidatura presidencial demócrata, reiteró que de llegar a la Casa Blanca también buscará una vía para garantizar la ciudadanía a los 12 millones de indocumentados que se calcula viven en EE.UU.
"Creo que es importante que tengamos una sólida seguridad fronteriza y que penalicemos a los empresarios que contratan de forma intencionada a indocumentados, pero también creo que tenemos que buscar una vía para la ciudadanía" para los que no tienen papeles, concluyó el senador.
Obama, que aspira a convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos, se refirió también a las tensiones existentes en el país entre hispanos y afroamericanos, dos colectivos que se miran con recelo al competir por los mismos trabajos poco cualificados.
Una encuesta publicada en enero de este año por el centro Pew señalaba, en ese sentido, que casi la mitad de todos los negros dicen que los inmigrantes reducen sus oportunidades laborales.
La actual carrera por la Casa Blanca ha hecho que las relaciones entre afroamericanos e hispanos cobren relevancia.
La mayoría de los negros ha dado su apoyo a Obama, mientras que los latinos ha respaldado mayoritariamente a su rival por la candidatura presidencial demócrata, Hillary Clinton.
El senador, que trata ahora de ganar terreno entre los hispanos, señaló que los dos grupos deberían enterrar el hacha de guerra y luchar por sus intereses comunes.
"Necesitamos trabajar juntos, no pelearnos por pequeñeces", explicó el aspirante a la Casa Blanca, para añadir que de llegar a la Presidencia tratará de mejorar la cobertura sanitaria y el acceso a la educación para latinos y afroamericanos.
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