domingo, marzo 16, 2008
La hiperbólica "nota de color" enviada por el PLD
7 Días/Newsletter 7dias.com.do
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- La genuflexa necesidad de loar al líder lleva con frecuencia al ridículo. La ampulosidad del lenguaje, característica del discurso laudatorio, llega a extremos no solo penosos para la interpretación racional de todo fenómeno social o político, sino para el uso mismo del lenguaje.
Prueba al canto: la “nota de color” enviada a los medios por el comando nacional de campaña del presidente candidato Leonel Fernández, quizá para prevenir que los reporteros que cubrieron la marcha celebrada este sábado en la Capital no fueran lo suficientemente “entusiastas”.
“Fiesta que desbordó las pasiones”, “grito despavorido de frenéticos militantes”, “espesa multitud que se movió como río revuelto”, “país borracho de pasión o al borde de la histeria”, “ajena al ladrido de perros y múltiples vericuetos”, son algunas de las vehementes descripciones que los áulicos del aspirante reeleccionista incluyeron en su “nota de color”, que 7dias.com.do publica íntegra para el disfrute de sus lectores.
A continuación, la nota:
Lluvia de emociones, color y alegría en la marcha del triunfo de Leonel Fernández
Aunque la cita era a las tres de la tarde, desde antes del mediodía de este sábado el movimiento fue constante en toda la capital.
Todo giraba en torno al PLD y a su candidato presidencial, el doctor Leonel Fernández Reyna.
Morado y amarillo los colores que dan vida a los símbolos del PLD coparon la atención en una fiesta que desde el principio desbordó las pasiones.
El grito despavorido de frenéticos militantes y simpatizantes recibió al presidente y candidato, doctor Leonel Fernández, quien llegó a las cuatro y quince minutos de la tarde a la calle Oscar Santana.
La espesa multitud se movió como río revuelto, le lanzó todo tipo de elogios.
Estridente música, gritos ensordecedores daban la impresión de un país, borracho de pasión o al borde de la histeria.
Hombres, mujeres y niños, un público diverso, de todas las edades y estratos sociales se unió en una fiebre sabatina que corrió como epidemia.
“Ese es mi Presidente, carajo”
Ajena al ladrido de perros y múltiples vericuetos, Doña Ana, una anciana de Gualey, con sus 80 años encima, salió del intrincado callejón donde vive y vociferó desesperada ¨ ese es mi presidente, carajo¨.
No faltaron las escobas, como expresión de que Leonel barrerá el 16 de mayo y, para que no haya dudas, allí mismo cargaron el féretro del contrincante perredeista.
Con iguales demostraciones de adhesión y simpatía, la inmensa marcha caravana penetró a los más populosos sectores de la Capital.
En la avenida Duarte, próximo a la México, don Felipe Lorenzo, ataviado con sombrero de paja y un gallo en manos, no pudo contener el llanto al exclamar “que tranca de presidente es Leonel”.
Pero la euforia creciente llegaba hasta el delirio. Trepados en los techos de las casas o en improvisadas tarimas, los jóvenes dejaron claro que “El León” es su líder.
María Esther, que estudia mercadeo, lo hizo a su manera: “el presidente es un cachú”, decía una frase grabada en frente de su t-shirt, mientras hacía gala de su cadencia al ritmo de la música.
El malecón capitalino, en el mismo obelisco macho era el destino final. Pasadas las siete de la noche hasta allí llegó una muchedumbre divertida y bullanguera a la que todavía le quedaban energías para seguir al “León”.
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