CUARTA VIA
El candidato presidencial de la Cuarta Vía, Eduardo Estrella, aseguró que el pueblo dominicano que sufre debe aliarse con la iglesia católica y aferrarse a sus sabias orientaciones para ponerle fin a la insostenible situación de deterioro nacional descrita por los obispos durante el Sermón de las Siete Palabras, donde denunciaron la ostentación y el despilfarro de los bienes del Estado, el clientelismo vulgar, las bajezas en la práctica de la política, la falta de honestidad y transparencia, la campaña electoral vacía e insultante, el engrandecimiento de la pobreza, y el inexplicable incremento de los precios de los alimentos, entre otros males que dijeron agobian a la población.
Eduardo dijo que el clamor por el adecentamiento de la actividad política y por la administración correcta del Estado, lanzado desde el púlpito de la Catedral Primada de América por los sacerdotes Antonio Marcelino Crisóstomo, Martín Lenk, Tomás Vladimir Pérez, Arístides Jiménez Richardson, Jorge González, Cecilio de los Santos y Peter Garrido, debe servir como un llamado para que en el país ciertamente se realice una cumbre, pero entre las iglesias, las fuerzas políticas emergentes, la sociedad civil, las juntas de vecinos, los sindicatos y todas las entidades representativas de los millones de dominicanos que sufren la embestida y el abuso de la práctica política desconsiderada y carente de todo compromiso nacional que ejecutan las organizaciones políticas tradicionales.
"Debemos sí convocar a una cumbre, pero a una cumbre del pueblo que ya no soporta más esta situación de abuso y de descalabro moral que responsablemente describen los obispos, una cumbre de la que emerja un acuerdo nacional para desterrar el dominio de estas fuerzas políticas tradicionales sobre las estructuras de una sociedad dominicana a la que definitivamente han defraudado y con la que no tienen ninguna posibilidad de reivindicarse", afirmó el candidato presidencial de la Cuarta Vía.
Se mostró completamente solidario con los planteamientos de la iglesia sobre los que denominó como "salarios de lujo de políticos despiadados", que no se conduelen de los sueldos de miseria que reciben los empleados públicos con los que deben de afrontar cada día los precios abusivos de los artículos de primera necesidad.
Eduardo se mostró convencido de que la situación deprimente que describe la iglesia no puede ser cambiada con el concurso de las fuerzas políticas sobre las que precisamente llueven las críticas, por lo que entiende que el pueblo debe definitivamente volver la espalda hacia ellas y buscar vías de solución encabezadas por las instituciones y por los dominicanos dispuestos a asumir un compromiso verdaderamente serio para erradicar el problema y darle al país el impulso hacia el desarrollo.
domingo, marzo 23, 2008
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