martes, marzo 04, 2008

Abstención electoral ¿Amenaza latente al sistema de partidos?


La abstención electoral es vista por expertos en materia socio-política como una clara señal del proceso de deterioro del sistema de partidos en el país y del bajo nivel de credibilidad de las figuras en que se asienta su existencia

Por Oscar Quezada / El Caribe/Servicios Google


El ausentismo electoral sigue siendo objeto de profundos análisis y discusiones. Estudiosos del quehacer político nacional estiman que la tendencia apunta a que en futuras jornadas electivas el ciudadano apto para votar mostrará mayor apatía hacia ese derecho constitucional.

Sustentan su tesis en el progresivo incremento de ese fenómeno en los últimos cuatro procesos electorales, organizados para elegir la figura presidencial.

Los programas de promoción para persuadir a la sociedad sobre la importancia que reviste el sufragio son cada vez más acentuados y respaldados por considerables sumas de dinero.

A contrapelo de esta realidad, insistentes reclamos de condiciones de vida humanamente aceptables, más allá de simples ofertas de campaña, parecen deslucir los millonarios recursos invertidos por la Junta Central Electoral (JCE) y los partidos políticos, para convencer de que votar es lo que más conviene al desarrollo nacional y personal.

Los datos de los comicios presidenciales en los últimos diez años demuestran que, desde las accidentadas elecciones del 1994 hasta la del 2004, la abstención electoral registró un incremento de 12 puntos porcentuales, al pasar de 16% a un 28%.

“Esa situación se irá agravando, en la medida en que la gente no vea respuestas en las modalidades adicionales de organización y del sistema político.

En la sociedad dominicana hay más de un millón de personas que yo las llamo clandestinas, que no está registrada legalmente. Incluso, si uno circula en los estratos mayoritarios populares se da cuenta de que hay una parte, sumamente importante, además de los clandestinos, que no son partícipes de los problemas electorales”, sostiene el sociólogo y catedrático universitario José Antinoe Fiallo.

Explica que las causas de ese ausentismo encuentran razón de ser en que la política partidaria desplegadas por las organizaciones tradicionales no están asociadas a las condiciones de vida de las personas.

“Se ha desarrollado una política de características macro y mediática; de imágenes a través de medios de comunicación, pero que no traduce, efectivamente, lo que está sucediendo a la gente”, observa.

Revés. La modalidad partidaria de conectarse con el pueblo sólo en coyunturas electorales recibió respuesta en las elecciones del 2004, cuando de 5 millones 20 mil 703 electores inscritos, dejaron de votar un millón 407 mil 23 ciudadanos hábiles para ejercer el sufragio.

Tras la separación de las elecciones congresuales y municipales de las presidenciales, en la reforma constitucional del 1994, este número representa la mayor abstención electoral en la historia política dominicana.

El ausentismo en los procesos celebrados del 1974 hasta el 1990 se mantuvo oscilando entre el 29% y 45%, pero en esas contiendas el procedimiento de votación y el padrón electoral regían igual, tanto para escoger al Presidente como para decidir las autoridades municipales y congresuales.

Para las elecciones de 1994, cuando el fenecido caudillo del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Joaquín Balaguer, se impuso por encima de su principal oponente de entonces, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el extinto líder perredeísta, José Francisco Peña Gómez, denunció que los reformistas instigaron la exclusión del padrón electoral de 200 mil militantes blancos.

Esta “anomalía” derribó los pronósticos triunfalistas que había proyectado la coalición denominada “El Acuerdo de Santo Domingo”.

De haberse ponderado la protesta de Peña Gómez, no hubiese sido posible consignar con exactitud la abstención electoral en esos comicios. Sin embargo, sus reclamos no incidieron en la determinación final de la JCE, que más tarde ofreció la cifra del 16.19% de abstención.

Las elecciones del 1996 estrenaron el sistema de doble vuelta introducida mediante una reforma constitucional. Los comicios de ese año llegaron entre sospechas de prácticas fraudulentas.

En medio de un ambiente caldeado -por las replicadas denuncias de que el proceso estaría contaminado- la primera vuelta electoral logró motivar a 2 millones 903 mil 859 personas, de los que 846 mil 646 electores no se animaron a participar. En la segunda vuelta acudieron a votar 2 millones 861 mil 23 ciudadanos.

En las elecciones del 2000, la abstención se hizo sentir nuevamente. El padrón electoral era de 4 millones, 251 mil 218 votantes. De esa cantidad, un millón 16 mil 839 dominicanos optaron por no votar.

Inversión publicitaria

Persuasión versus apatía

La Junta Central Electoral concentra parte de sus esfuerzos organizativos del próximo torneo electoral en desarrollar campañas educativas y de motivación, para que los dominicanos acudan en masa a votar. En esos ánimos, anunció recientemente que el costo de la campaña publicitaria para vivificar el voto ciudadano trasciende los 100 millones de pesos.

Datos suministrados por esa institución señalan que en las elecciones del 2004 los recursos invertidos para esos fines estuvieron cerca de los 80 millones de pesos.

“Esto no es un problema de propaganda ni de capacidad de motivación de la JCE. Creo que es un problema de una crisis estructural de la política dominicana; de la baja calidad de la política dominicana. Estamos en este momento en lo que podría llamarse el fango de la democracia.

El escenario que tenemos no es un escenario alentador para que la gente vaya a votar”, reflexiona el reconocido politólogo Pedro Catrain. Armoniza con Antinoe Fiallo en que, partiendo de la crisis de credibilidad de los partidos políticos que terciarán en las elecciones del 16 de mayo, todo parece indicar que la abstención electoral podría ser mucho mayor a la registrada en experiencias pasadas. Pronostica que los males desprendidos del sistema de partidos provocará, sin lugar a dudas, una abstención ciudadana profunda. “Es que no hay opciones.

El dominicano no ve, a través de elecciones, la posibilidad de transformar la sociedad dominicana y resolver los problemas colectivos e individuales”, sostiene Catrain.

Posicionamiento de los tres principales partidos de acuerdo a su membresía

El PRD
Fue fundado en 1939. Desde sus inicios, es considerada una de las principales fuerzas del sistema. Actualmente, ocupa el segundo lugar en la boleta electoral.

El PLD
Surge tras la salida del fenecido líder Juan Bosch del PRD, quien en 1939 funda esa organización. El PLD surge en 1973 y ha ganado dos procesos electorales.

El PRSC
Creado en 1963 por Joaquín Balaguer, el Partido Reformista Social Cristiano ocupa el tercer lugar entre los tres partidos del sistema con mayor membresía.

Experiencia en el exterior

En los comicios del 2004, los dominicanos residentes en el exterior pudieron, por vez primera, votar en urnas habilitadas en sus respectivas urbes. En total, fueron once las ciudades norteamericanas en las que los criollos sufragaron a favor de las distintas fuerzas políticas.

La experiencia no fue del todo halagadora para el tribunal de elecciones. De 52 mil 440 inscritos en el padrón para el voto en el exterior, solamente acudieron a las urnas 35 mil 121 votantes. Es decir, la abstención fue de un 33.03 por ciento.

Críticas y estimaciones

José Antinoe Fiallo
Sociólogo
“La gente cada día más se aleja, porque considera que lo que ha estado pasando en los últimos 40 ó 45 años demuestra que todos los partidos tienen la misma naturaleza, y que no van a resolver problemas que son básicos, porque no están asociados a la vida cotidiana.

Ahora va a haber una abstención mucho más alta. Siempre he dicho que lo que diga la Junta Central Electoral (JCE) no tiene que ver absolutamente en nada con la vida cotidiana de la gente”.

Pedro Catrain
Politólogo
“Los altos niveles de abstención tienen que ver con la crisis de los partidos y la política en el país. Tenemos un PLD que lleva por tercera vez a Leonel Fernández buscando la presidencia, que no tiene nada que ofrecerle a la sociedad. Un PRD que no ha sabido recuperar la herencia de Peña Gómez que le dejó el partido popular más grande del país.

Y un PRSC que es una caricatura que se presenta con un candidato que es una de las figuras más grotescas del clientelismo”.

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