La ex vicepresidenta de la República Milagros Ortiz Bosch ha propuesto a la dirección perredeísta la aprobación de la nueva Constitución en base a un referéndum, en una fórmula que le permita al partido blanco ser coherente con su historial reformador y constitucionalista, enriquecer el contenido de las reformas aprobadas hasta el momento y superar la diferencias del PRD y otros sectores de la sociedad con el presidente Leonel Fernández, respecto a la forma de refrendar el proyecto de reforma constitucional que debate el país.
En una comunicación dirigida al presidente de su partido, Ramón Alburquerque, Ortiz advierte que partiendo de que la Constitución establece quiénes son los responsables de legislar se debe trabajar la propuesta ya consensuada en una amplia comisión de legisladores a la que estarán integrados las máximas autoridades de los partidos representados en el congreso, acompañada, cada organización, por tres o cinco asesores calificados en la materia.
Sugiere que en esa instancia se revise el fondo del proyecto, para asegurar que sea, como creo que se necesita y parece que se desea, profundamente democrático y participativo, garante de los derechos sociales, triunfador sobre la exclusión, estableciendo la igualdad entre hombres y mujeres y fuerte ante los privilegios y la corrupción. Organizador de un estado moderno y eficiente.
La sugerencia de la ex vicemandataria propone introducir en el proyecto de reforma constitucional la figuras de la Constituyente y el Referéndum para someter la Constitución a Referéndum de cuyos resultados dependerá su vigencia.
A continuación reproducimos el texto completo de la comunicación de Ortiz Bosch al presidente de su partido, que dirige animada en servir a la sociedad “que espera de nosotros salidas y caminos nuevos”:
La participación del Partido Revolucionario Dominicano en las Reformas Constitucionales se puede observar en dos tiempos. Una última etapa en la que el Presidente Hipólito Mejia perdió la oportunidad de culminar el proceso de reforma convocado por él, que había logrado la participación y concertación con los poderes del Estado, los partidos políticos, grupos ciudadanos, academias y los sectores productivos y sindicales de toda la nación. Ese proceso terminó frustrando las esperanzas de los convocados e incidiendo posteriormente en la división del PRD.
El presidente Hipólito Mejía, en un gesto que le enaltece, ha reconocido ese error. Opinión que, en un documento sobre el tema, usted ha compartido.
En otro tiempo, l963 y l994, el PRD inspiró y orientó las reformas constitucionales más importantes del siglo XX. La primera fue el resultado de las posiciones ideológicas y políticas de Juan Bosch como líder de una organización comprometida con la democracia y los derechos sociales que desconocíamos por estar envueltos en la larga noche de la dictadura. La Constitución de l963 en su articulado y en las consecuencias que en su defensa asumió el pueblo dominicano no necesitan comentarios.
En l994, siendo usted Senador de la Repùblica, fué testigo de cómo ante el fraude electoral, José Francisco Peña Gomez, se creció sobre si mismo para transformar aquella ignominia en una propuesta de Reforma Constitucional que transformó el Poder Judicial e introdujo el concepto de doble nacionalidad asegurando a los compatriotas residentes en el exterior su condición de dominicanos pese a adoptar otra nacionalidad, y la prohibición de la reelección presidencial.
Los y las perredeistas tenemos un balance positivo, digno, ante las reformas constitucionales y tenemos la obligación de exhibir con orgullo esa parte de nuestra historia sin olvidar los errores y nuestras obligaciones con el futuro.
Conozco la posición asumida por el partido ante la propuesta de Reforma Constitucional del presidente Leonel Fernàndez. Sé, como bien lo ha repetido usted, que el candidato del PLD le prometió al país una Asamblea Constituyente y no una Asamblea Revisora. Reconozco que muchos dominicanos estamos cansados de las ofertas de “guitarra y violín”. Sé que no tiene el Partido de la Liberación Dominicana los votos que aseguren la aprobación de la propuesta en la Asamblea Revisora.
Usted y yo hemos visto cómo pueden moverse las voluntades políticas y los votos.
Tomando en cuenta estas consideraciones:
No habrá nueva constitución si no hay acuerdo político. Pero puede haber acuerdo político con algunas de las partes o con una parte de las partes.
Si hubo una propuesta de consenso, en nuestro gobierno, tenemos que admitir que alguna vez hemos otorgado más importancia al fondo que a la forma.
El PRD debe reconocer que sus votos electorales lo hacen indispensable en esa reforma, razones por las que, tomando en cuenta nuestra historia constitucionalista, proponemos:
Que el Partido Revolucionario Dominicano, coherente con su obligación de garantizar una amplia integración ciudadana en la aprobación de una nueva Constitución, condicione su participación a la celebración de un Referéndum.
Admitiendo que la Constitución establece quiénes son los responsables de legislar sugiero el siguiente procedimiento:
Trabajar la propuesta ya consensuada en una amplia comisiòn de legisladores a la que estarán integrados las máximas autoridades de los partidos representados en el congreso, acompañada, cada organización, por tres o cinco asesores calificados en la materia.
Revisar el fondo del proyecto. Hacerlo, como creo que se necesita y parece que se desea, profundamente democrático y participativo, garante de los derechos sociales, triunfador sobre la exclusión, estableciendo la igualdad entre hombres y mujeres y fuerte ante los privilegios y la corrupción. Organizador de un estado moderno y eficiente.
Introducir en el mismo la Constituyente y el Referéndum
Y someter la Constitución a Referéndum de cuyos resultados dependerá su vigencia.
Le agradezco su atención a estas líneas, escritas con la intención de servir como ciudadana y sobre todo a la sociedad que espera de nosotros salidas y caminos nuevos.
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