jueves, enero 04, 2007

El PRD va por buen trecho a pesar del pesimismo y la amargura de algunos dirigentes

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El compañero Orlando Jorge Mera luce un tanto psicorígido al decir que: “la convención se hará aunque se retire uno de los candidatos”. Sus declaraciones en el programa Hoy Mismo de Color Visión esta mañana, no tienen sentido en estos momentos; en cuanto sugiere un posible nuevo encontronazo; sobre todo: cuando al parecer las cosas marchan bien. Inquieta a la militancia peerredeísta y la ciudadanía que el secretario general del partido, -PRD- manifieste un pesimismo de tras fondo.

Sus declaraciones por demás confunde a los que hemos leído las declaraciones de Milagros y del presidente de la comisión organizadora de la convención que sentaron por separado sentimientos de optimismo. La posición de la alta dirigencia del partido ha de ser encaminada a que ninguno de los candidatos quede insatisfecho. Luego, decir que no le importa a la alta dirección del partido el retiro de uno de los candidatos tiene que resultar inquietante a la militancia y a la sociedad en general.

Todos aspiramos un PRD reunido en familia, allende la convención; no puede surgir a estas alturas, escollo alguno que venga a producir nuevos conflictos y hasta el retiro de uno de los candidatos como se advierte en el pesimismo del compañero secretario general.

En el contexto de las declaraciones, el compañero Jorge Mera habló de nuevos reglamentos y directrices de la cúpula del partido que benefician la institucionalidad y unidad partidarias, en ese particular el Listín Diario reseña: Por otro lado, dijo que en la última reunión política en la que participaron los precandidatos junto a los miembros del Comité Nacional Organizador se acordó llevar a cabo varias propuestas que darán como resultado una satisfactoria elección. Si eso es así no hay lugar para el pesimismo agorero.

Contradictorio el joven compañero secretario general, en tanto manifiesta pesimismo y entusiasmo a la vez, tambien se refirió a cuestiones reglamentarias implementadas por el partido con miras a garantizar el éxito de la convención y del proceso electoral del 2008, en tal sentido el referido matutino dominicano reseña: “En esa reunión se adoptaron tres elementos importantes; primero, que el programa de gobierno del PRD sea conocido y aprobado por el Comité Ejecutivo Nacional; segundo; que los nombramientos del gabinete del presidente de la República sean conocidos y aceptados también, por el Comité Ejecutivo Nacional y tercero, que el gobierno que surja a partir del 2008, dé el 40 por ciento de los nombramientos para integrantes de nuestro partido, siempre y cuando se respecte la ley de servicio civil y carrera administrativa”. El comillado es del Listín Diario.

El PRD es comparable con el organismo humano, que es una máquina perfecta que enferma cuando no le damos los nutrientes y alimentos adecuados. Sana cuando lo alimentamos correctamente. En materia política el PRD es igual: se enferma cuando lo contaminamos con conflictos ajenos a sus principios y sana cuando nos apegamos a los principios ideológicos que lo sustentan, no hay espacio para hacer la un historial de estos hechos pero la mayoría estamos vivos y podemos recordar el pasado reciente y no tan reciente.

El PRD ha tenido la capacidad de reponerse cada vez que la insensatez de algún (os) dirigente (s) lo ha conducido a una crisis. Recordemos solo las tres grandes crisis: La salida de Don Juan, La crisis provocada por el presidente Jorge Blanco; en el 1986, al bloquear la convención Nacional tratando de impedir la candidatura de Jacobo e imponer una candidatura a la senaduría del Distrito nacional poco potable, fue una gran crisis en medio de la cual perdimos las elecciones y que se extendió hasta 1990 cuando se dividió el partido; yo diría que esta última fue la mayor crisis de todos los tiempos y de ambas el partido se repuso exitosamente.

La tercera gran crisis menos grande pero más agresiva lo fue la de Hipólito y su entuerto reeleccionista, que casi lleva al partido a estallar en mil lajas como una bellota de Javilla, fue como un pequeño huracán de ojo reducido, pero con vientos de 250 millas hora (categoría V) que finalmente disparó la salida de Hatuey, y a no ser por la rápida e inteligente actitud de Milagros y los restantes integrantes de la Corriente Unitaria el partido se hubiera desmoronado y desaparecido. Hoy sin embargo estamos superando esa crisis. No podemos perder la perspectiva, la convención es hija de esa crisis, los conflictos que se han presentado en el proceso convencional no son programáticos e institucionales y son no otra cosa que rezagos de la malicia de algunos de los que provocaron esa crisis reeleccionista, separada de los principios del partido, con Hipólito a la cabeza. ¡Viva el Partido Revolucionario Dominicano! Gracias compañeros y amigos, volveré con ustedes, si Dios lo permite. Moisés Iturbides.

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