lunes, abril 28, 2008

Cardenal López Rodríguez irrespetuoso y atrevido

Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo metropolitano.-
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Nota del Editor:
Nótese el rostro del cardenal, sin dudas: el más irreverente de cuantos sacerdotes aparecen en la prensa, esto; por no decirle de frescura. Este nuestro Cardenal ha perdido la percepción de la cosa en su justa dimensión, su comportamiento trasciende lo que debe ser el proceder de un guía espiritual, para actuar como un político más, abrazado a las peores causas; a menudo interviene en la cuestión política convirtiéndose en Juez y parte, en el pasado reciente pretendió hacerlo con el PRD y Ramón Alburquerque le salió al paso poniendo las cosas en su justo lugar. Ahora arremete contra Hatuey por el asunto de la JCE y el PNVC y esperamos que se lleve otra buena insultada. Dominicana es uno de los pocos países donde aún la iglesia católica es parte virtual del Estado, por tanto, el cardenal debía comportarse con la debida prudencia cuando se trate de asuntos políticos, que como se sabe; no son de su competencia. Sobre todo porque sus críticas generalmente son dirigidas a los partidos de oposición cuando estos enfrentan a los organismos del Estado, aún sean descentralizados como el caso de la JCE. Si le gusta tanto la política debería haber largado la sotana en cualquier rincón, luego; reactivar el Partido Dominicano, que fuera de Trujillo, que le queda muy bien y tratar de tomar la batuta a ver si el gas pela. Un sector de la Iglesia del Vaticano en dominicana ha estado tratando de inmiscuirse en los asuntos de la JCE, y las Elecciones, aguijoneado por el prelado en el pasado reciente. No hay dudas que la embestida del Cardenal contra Hatuey, presidente del PRSC y candidato vicepresidencial de la Cuarta Vía, lo que busca es congraciarse con la JCE a ver si lo dejan meter la paleta en donde no tiene que hacerlo (MI)
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Cardenal califica de “vulgar y grosera” actitud Hatuey ante JCE con caso PNVC (Titular de El Caribe)

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Redacción / elcaribecdn.com/Servicios Google
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez calificó hoy como “una vulgaridad y una grosería” la actitud tomada por el candidato vicepresidencial por la Cuarta Vía, Hatuey de Camps, ante el presidente de la Junta Central Electoral, Julio Cesar Castaño Guzmán, con el caso del Partido Nacional de Veteranos y Civiles (PNVC) la semana pasada durante una transmisión radial.

“Esas no son actitudes de un candidato vicepresidencial y mucho menos hacia un juez de la Junta Central., esa es una vulgaridad y una grosería, que no debe ser dicha ni en la intimidad del hogar”, manifestó López Rodríguez durante una rueda de prensa.

Consideró que el presidente del organismo electoral debe ser respetado por sus acciones y labor.

López Rodríguez reiteró, además, su llamado a una reducción a tres meses de la campaña electoral, tras indicar que la misma es costosa y se vuelve interminable.

En otro orden, sobre la crisis alimenticia que atraviesa el país, el cardenal señaló que es una situación que está afectando todos los países a nivel mundial, por lo que precisó que es un caso inminente.

Sostuvo que hay efectos que están incidiendo en cuanto a la hambruna que no se puede evitar, como las alzas de los carburantes, sin embargo, agregó que es una situación que se puede trabajar y superar.

Dijo que no entiende las acciones del presidente en cuanto a que tenemos una coraza ante la situación.

“Nos puede afectar el hambre queramos o no, lo que hay que hacer es proveernos para que ese efecto negativo no golpee al pueblo dominicano más de lo que realmente lo puede estar haciendo”, expresó.

Durante la rueda de prensa sobre medios de comunicación, citó seis puntos de cómo deberían actuar en estos tiempos y destacó la importancia del papel que estos desempeñan en la vida de las personas y en la sociedad.

Agregó que hace falta fiarse más en la búsqueda de la verdad en los medios de comunicación y afianzar los procedimientos éticos.

Consideró necesario preguntarse si es sensato dejar que los medios de comunicación social se subordinen a un protagonismo indiscriminado o que acaben en manos de quienes se valen de ellos para manipular las conciencias.

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