miércoles, diciembre 05, 2007

EEUU/ Por primera vez en ocho décadas no se presentan ni el presidente ni el vicepresidente


Por primera vez en ocho décadas no se presentan ni el presidente ni el vicepresidente
Hillary Clinton y Rudy Giuliani parten como favoritos en una carrera muy abierta
Para el 'supermartes', el 5 de febrero, las candidaturas podrían estar ya decididas

Servicios Google/El Mundo, España

LUIS TEJERO

La cita se cumple desde 1848 sin excepción. Cada cuatro años, el martes después del primer lunes de noviembre, los estadounidenses acuden a las urnas para elegir presidente. El candidato demócrata y el republicano compiten entre sí —con permiso de los independientes ocasionales— para ganarse estado por estado el apoyo de los votantes. Pero antes deben superar una carrera de obstáculos en sus propios partidos, y pocos recuerdan una tan reñida y dilatada como la que se disputa en esta ocasión.

La campaña para las elecciones presidenciales del 4 de noviembre de 2008 es tan relevante por quienes compiten, 'pesos pesados' con características muy peculiares en algunos casos, como por los ausentes.

En EEUU, cuando un presidente finaliza su segundo mandato, es habitual que el vicepresidente se lance a tomar el relevo como favorito de su formación. Así ocurrió, por ejemplo, con Ronald Reagan y George H. W. Bush o con Bill Clinton y Al Gore.

Dick Cheney, sin embargo, ha reiterado en los últimos años que sus ambiciones presidenciales son nulas. "Si me proponen, no me presentaré; si me eligen, no asumiré el cargo", dijo en una ocasión, parafraseando la declaración del general William T. Sherman, héroe de la Guerra de Secesión, durante la campaña de 1884. Es, por tanto, la primera vez en 80 años que ni el presidente ni el vicepresidente acuden a las primarias.

Tampoco se presentan algunas de las figuras que han protagonizado la política estadounidense bajo las dos últimas administraciones. Entre los demócratas destacan las ausencias de John Kerry, rival de George W. Bush en 2004, y Howard Dean, 'gurú' de Internet reconvertido a presidente del partido. Mayor es el vacío dejado por Al Gore, concentrado ahora en otra lucha, la del cambio climático, que le ha llevado a ganar dos premios Oscar y el Nobel de la Paz.

Los republicanos llegan igualmente con bajas notables. Newt Gingrich, azote de Clinton y hombre del año para 'Time' en 1995, amenazó durante meses con lanzar su propia candidatura si ninguna de las existentes le convencía, pero finalmente desistió por un conflicto de intereses. Junto a él figuraron en algún momento en las quinielas los nombres del ex gobernador de Florida y hermano del presidente, Jeb Bush, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg —independiente desde verano—, y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.

Una campaña madrugadora

Aun así, los aspirantes a lograr la candidatura presidencial suman casi dos decenas entre demócratas y republicanos. Parten como favoritos Hillary Clinton y Rudy Giuliani, ambos con ventajas de dos dígitos en el promedio de encuestas que realiza el sitio 'web' especializado Real Clear Politics (RCP). Pero los estudios a nivel nacional sirven más para medir tendencias que para predecir victorias con seguridad, porque en cualquier momento la situación puede experimentar un giro repentino en función de los resultados en un solo estado.

En esta incertidumbre reside la importancia del calendario de designación de candidatos. Los primeros estados en votar, tradicionalmente Iowa y New Hampshire, disponen de un mayor peso proporcional y ofrecen al vencedor un impulso clave para lanzarse a la caza de más apoyos en el resto del país.

Precisamente en Iowa pretende dar la campanada el principal adversario de Clinton, el senador Barack Obama, a quien los sondeos situaron por primera vez en cabeza a finales de noviembre. De lejos les observa el ex candidato a vicepresidente John Edwards.

Las circunstancias son diferentes entre los republicanos, ya que Giuliani ha dirigido sus energías hacia otras zonas hasta dejar prácticamente vía libre al resto para imponerse en este estado. Los ex gobernadores Mitt Romney, de Massachusetts, y Mike Huckabee, de Arkansas, son quienes llegan con más fuerza a la cita.

La rivalidad entre los estados para aumentar su influencia en los nombramientos ha provocado esta vez un 'efecto dominó' que ha llevado a anticipar la agenda más de dos semanas respecto a 2004. Así, los 'caucus' o primarias restringidas de Iowa han pasado del 19 de enero al día 3 y las primarias de New Hampshire, del 27 al 8.

Y si hace cuatro años Kerry tuvo que esperar hasta marzo para garantizar su candidatura, los expertos vaticinan que a principios de febrero de 2008 podría saberse ya quiénes competirán por ocupar el Despacho Oval. Porque el famoso 'supermartes' —la jornada con más trozo de la tarta en juego— se ha adelantado casi un mes, hasta el 5 de febrero. Será, además, el mayor 'supermartes' hasta la fecha: una veintena de estados celebrará primarias o 'caucus' de forma simultánea, el doble que cuatro años atrás.

La primera mujer, el primer mormón...

En cualquier caso, la 'coronación' oficial no tendrá lugar hasta finales de agosto o principios de septiembre. Será entonces cuando demócratas y republicanos se reúnan respectivamente en Denver y Minneapolis, convenciones a las que cada estado enviará un número de delegados fijado previamente.

Las normas del Partido Demócrata establecen un reparto proporcional de estos representantes entre todos los aspirantes que obtengan un respaldo mínimo del 15%, mientras que el Partido Republicano se divide entre este sistema y la fórmula 'winner-take-all', es decir, el ganador —aunque sea por décimas— se lleva todo el respaldo.

De este intenso recorrido electoral podría 'nacer' en noviembre la primera presidenta estadounidense (Clinton, con su marido convertido en 'primer caballero') o el primer presidente afroamericano (Obama), italoamericano (Giuliani) o hispano (Bill Richardson, gobernador de Nuevo México). Pero también el primer mormón (Romney) o el único que ha ejercido de pastor baptista (Huckabee).

La originalidad de los aspirantes no acaba ahí. El senador republicano John McCain, que ya lo intentó en 2000, se convertiría en el primer ocupante del sillón presidencial que ha sido prisionero de guerra. El también conservador Fred Thompson sería el más alto de la historia, con 1,98 metros —cinco centímetros más que Abraham Lincoln—, y Ron Paul, el primero en llegar a la Casa Blanca tras haber recaudado cuatro millones de dólares en un solo día a través de Internet.

La campaña tiene ya un año de vida y, aun así, no ha hecho más que empezar. Los dos más fuertes se verán las caras en noviembre y sólo uno recibirá el testigo de Bush para afrontar una salida digna de Irak, gestionar la inmigración y superar los demás retos que el país tiene pendientes. Será el 20 de enero de 2009, pero hasta entonces queda un largo camino por recorrer.

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