martes, diciembre 26, 2006

Posponer La convención, única salida del PRD

En medio de las celebraciones navideñas y de fin de año el PRD marcha a todo vapor hacia el 7 de enero. Hoy martes el comité ejecutivo deberá decidir lo que parece inevitable: la posposición
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ANALISIS:
Por Osvaldo Santana

-DE EL CARIBE, MATUTINO DOMINICANO-

El comité ejecutivo nacional del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) no tiene más alternativa que acoger la petición de la Corriente Unitaria que promueve a Milagros Ortiz Bosch como candidata presidencial para que la convención nacional sea celebrada después del próximo 7 de enero.

La inevitable posposición no está determinada solamente por los señalamientos de Ortiz Bosch, de que no hay tiempo suficiente para celebrar la convención en las condiciones mínimas adecuadas, sino porque el PRD no puede darse el lujo de malograr ese proceso.

Para la generalidad de los observadores, el 7 de enero para escoger un candidato de una convención de una organización tan importante como el PRD, constituye una posposición anunciada, no sólo porque es el día después del largo festival navideño y de nuevo año, sino porque el cronograma comprometido era de difícil por no decir imposible aplicación.

Podría ser una jugada más dentro de dos parámetros: a) en la cultura perredeísta una posposición es rutinaria y nada pasa si se celebra un día después, y b) el 7 de enero obedece a dos propósitos: el primero, reafirmaba la tesis de olvidar las resacas de las derrotas, mantener el partido activo, entretenido y por último, someter a presión a los sectores internos contestatarios y presentarlos como temerosos de concurrir a una contienda donde les contarán los votos.

Con una posposición, nada arriesgan los grupos que controlan el PRD. Les serviría para proyectarse generosos frente a los seguidores de Milagros, que con suficientes elementos de causa motivan dicha posposición.

Para la Corriente Unitaria la selección del candidato presidencial no es un acto en sí mismo, sino un proceso que implica una suerte de saneamiento de por lo menos los listados del partido, proyectar una nueva imagen del PRD y preservar la unidad interna, sin rastros de resentimientos.

Hasta ahora, el Presidium del PRD ha mostrado posiciones rígidas y autoritarias, de mayorías, y en efecto, en la víspera de las festividades navideñas ratificó el 7 de enero para celebrar la convención.

Una demostración de fuerza y de “institucionalidad” que puede producir resultados indeseados si no obedecen a la estrategia de “golpear y pasar la mano”.

Pero el PRD necesita celebrar estas primarias en orden dentro de una estrategia coherente para llegar al poder. Debe proyectar la imagen de democracia, decencia, buenas maneras y credibilidad.

Es cierto que ya la convención fue pospuesta del 12 de noviembre al 7 de enero, pero una nueva fecha en nombre de la unidad no daña, fortalece.

Con la misma el 18 de febrero como pide la Corriente Unitaria, se reafirma el principio de que la convención no es un simple acto de votación, sino un proceso y especialmente se reafirma una tendencia observable, y es que el PRD está recuperándose, en la misma medida en que sus adversarios del PLD se asemejan más a ellos.

Y la convención es una oportunidad irrepetible para un partido que no resiste un escándalo más, una fragmentación más, y mucho menos una pelea del viejo estilo del hotel Concorde.

Tratarla con todo el cariño
Quienes tienen el control orgánico del PRD deben tratar a Milagros Ortiz Bosch con todo el cariño del mundo. No darle motivos para que se sienta maltratada o engañada, y no sólo se retire, sino que renuncie del PRD.

Quienes controlan esa fuerza, llámese el reactivado PPH o el MVP, deberían entender que quienes les dan carta de credibilidad son sus oponentes.

La participación de Milagros lava las culpas del pasado y permite que sectores críticos puedan expresarse a través de su candidatura. Sin embargo, han cometido varios errores con ella.

Empezaron sonsacándole valiosos cuadros y dirigentes políticos, dicen algunos que a base de dinero. Luego cometieron la imprudencia de infiltrar la Corriente Unitaria, degradando aún más el ejercicio de la política.

No comprenden quienes controlan el PRD que Milagros es su seguro de vida, su fuerza moral y la negación del pasado reciente.

Pero además, es quien le valida el proceso. Imagínese una convención en la que sólo concurra el MVP. Aquello nadie lo creería y los resultados serían una comedia política.

El PRD caería en el fango del descrédito y se aseguraría una derrota, aún en medio del fuego que arde entre los morados.


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